Los peces Guppy son los más frecuentes y demandados para tener en un acuario, le dan colorido y no precisan de cuidados muy especiales, quizá por esta razón sea una de las especies más populares. Además de esto cuenta con una enorme pluralidad de ejemplares, si bien todos su gran característica es tener una aleta caudal distintiva sobre todo en los machos, todas y cada una fruto de las modificaciones genéticas de los acuaristas.
Los Guppy son ejemplares de agua dulce, se amoldan a las condiciones del agua, si bien se aconseja criarlos en temperaturas entre los 22°C y 28°C. El pH del agua habrá de ser levemente alcalino, que oscile entre seis,5 y ocho y se precisará de filtro y oxígeno.
Pertenecen a la familia de los pecílidos, en el conjunto de los cyprinodontiformes, Su nombre se debe al empeño del británico Robert Guppy, de trasladar esta especie desde el continente americano cara Europa, si bien verdaderamente fue descubierto años atrás por un alemán.
Es fácil de saber quién es el macho y la hembra. Los machos son de menor tamaño y resaltan pues sus colores son todavía más llamativos, además de esto el órgano sexual, llamado gonopodio está situado en la parte trasera del pez y destaca tanto que es propio y un rasgo que los distingue de las hembras. Los s machos llegan a medir entre tres y seis centímetros, mientras que las hembras pueden lograr las 8 unidades de longitud y presentar colores más reservados y uniformes.
El pez Guppy es pacífico por naturaleza con lo que se puede tener en el acuario un conjunto de ellos. Hay que resaltar que no son demasiado compatibles con los peces territoriales, como el Escalar o bien el Betta, los guppys acostumbran a ser realmente activos y puede penetrar a las especies más apacibles. Pese a su pequeño tamaño hay que intentar no súper poblar el acuario.