Los elementos decorativos, como pueden ser las rocas y las piedras, deben gustar a la vista y resultar convenientes para los peces.
La finalidad es reproducir un medio ambiente agradable y evitar que los elementos ornamentales no sean obstáculos para el libre desplazamiento de los peces. No debemos olvidar que los objetos deben adecuarse a las dimensiones del acuario y al tamaño de sus habitantes.
Entre las rocas y piedras que se acomodan al acuario con funciones ornamentales hallamos, primeramente, los guijarros, que utilizados con discreción y apropiadamente distribuidos resultan sumamente agradables a la vista y actúan como elementos de retención.
También es posible utilizar pedazos de las rocas de tipo silíceo que son parte de los barrancos en determinadas zonas del litoral marítimo, en tanto que sus variadas formas resultan realmente agradables y las cavidades que a menudo presentan no se forman en depósitos de desperdicios y tampoco representan riesgo alguno para los peces.
Las rocas volcánicas, son muy populares mas dada su porosidad posiblemente en ellas se acumule suciedad, que va a ser eliminada sencillamente retirando la roca del acuario y procediendo a su limpieza con agua.
Se debe eludir aquellas rocas y piedras con un elevado contenido metálico o bien las calizas bancas, en tanto que estas contribuirán a la perturbación de la neutralidad del medio acuático.
Otras rocas ornamentales pueden ser la piedra de afilar roja, la fluorita, las maderas salificadas, y también cuarzo y los esquistos. Asimismo es posible conjuntar belleza con la funcionalidad incorporando pedazos de pizarra, en tanto que al paso que actúan como elementos de retención, resultan realmente agradables para la vista.
Cuando se incorporen piedras de tamaño grande, es conveniente que descansen sobre piedras de menor tamaño con la intención de que quede un espacio entre la piedra grande y el suelo del acuario. Esto va a facilitar la circulación del agua y contribuirá a que no se amontonen detritus en demasía, facilitando la limpieza del acuario.
No se aconseja usar conchas marinas cuyas asperezas pueden herir a los peces, singularmente a los de agua dulce que no están habituados a la presencia de estos elementos en su hábitat.
